Es curioso ver durante nuestras inmersiones esta curiosa anemona que por el día no es más que un pequeño bulto verrugoso en los fondos de Tenerife, pero cuando cae la noche, nos deja ver todo su esplendor.

De los 7 cm en su forma retraída,  hasta los 40 cm de altura que puede alcanzar cuando despliega todo su encanto.

De cuerpo cilíndrico posee un pie basal que le permite sujetarse al fondo, normalmente rocoso, aunque también podemos encontrar algún ejemplar en praderas de posidonia, sebadales, incluso en nasas abandonadas o cabos.

Habitualmente en zonas donde puede encontrarse algo de corriente o cambios de marea, suelen vivir en solitario.

En su parte superior tiene la boca, alrededor  de esta, posee más de 90 tentáculos altamente urticantes incluso para los humanos. Estos tentáculos los usa para capturar a sus presas.  Su alimentación es a base de zooplacton y pequeños peces.

Con un rango de profundidad muy amplio, podemos encontrarla desde los – 5 mts. hasta pasados los -60 mts. Muy habituales en nuestros buceos  nocturnos.

Es fascinante y hasta un poco hipnótico ver mover los largos tentáculos iluminados solo por nuestros focos, en medio de la oscuridad de la noche.